JUEGO VASCO DE PELOTA

Sociedades jóvenes como la nuestra son el resultado de la interacción  y la fusión de valores, creencias y aportes culturales de pueblos más antiguos. Por esta razón nuestra idiosincrasia resulta única; diferente incluso a la de nuestros países hermanos.

Una de las corrientes migratorias que más influyo en este proceso fue la vasca; porque desde el principio se acoplo muy bien a las características de la sociedad y del territorio que la acogía.

Pero ya desde el Siglo XVI y XVII grupos de europeos enviados por la corona española venían a explorar y a tratar de establecer una presencia permanente en lo que hoy es territorio uruguayo.

Pero fue en 1724 cuando el vizcaino don Bruno Mauricio de Zabala fundó Montevideo, a partir de allí muchos vascos vivieron en aquel asentamiento fortificado ubicado en la costa norte del Río de la Plata, con el fin de defender los intereses españoles en el Atlántico Sur.

Entre los años 1837 a 1842 llegan al país entre 35 mil y 40 mil inmigrantes europeos de los cuales unos 17 mil eran franceses, en su gran mayoría vascos (debido a una política de estado que incluyo medidas de estímulos y beneficios para los inmigrantes que arribaran dispuestos a trabajar y a integrarse a la sociedad uruguaya.

Los vascos provenientes del norte (Francia) y del sur (España) de los Pirineos rápidamente se identificaron como "hermanos" o "paisanos" entre sí, por poseer las mismas raíces culturales y fundamentalmente por hablar la misma lengua: el euskera o vascuence.

Entre las conclusiones a las que arriba Martha Marenales (historiadora e investigadora) sobre el fenómeno social que se puso en marcha en aquel lejano Uruguay dice:

"En el plano super estructural, los vascos se integraron a la cultura nacional al mismo tiempo que aportaron sus propios valores y costumbres. La pervivencia de costumbres de neta raigambre vasca, como el juego de pelota y el uso de la clásica boina, representan solamente testimonios materiales de un amplio aporte cultural".

LOS INICIOS

Se podría decir que los vascos llegaron a Uruguay con la pelota "bajo el brazo" pues formaba parte de su bagaje cultural.

El fútbol por entonces no existía. Por esa razón y debido a la aceptación que tuvo por parte de la sociedad local, en las décadas finales del siglo XIX la pelota se había transformado en el deporte más popular de Uruguay.

Como consecuencia de ello en los pueblos y ciudades fueron surgiendo frontones con el fin de satisfacer el irrefrenable deseo de practicar la pelota a mano limpia -por ser esta la especialidad "madre" de la pelota vasca,  y también la más económica debido a que solo requiere de una pelota para poder jugar.

Al mismo tiempo en la campaña (medio rural) "brotaron como hongos" pequeños frontones erigidos en estancias y almacenes de ramos generales, casi siempre aprovechando la pared libre de un galpón o de un depósito.

En el departamento de Flores existe una de las canchas más antigua de frontón construida entre 1825 y 1830 por el inmigrante vasco Don Bautista Fagalde, se jugaban muchos partidos hasta por monedas de oro que era el circulante habitual en el siglo XIX.

En Montevideo, fue en el Barrio Cordón (creado fuera de las murallas de la ciudad conocida por entonces como "el Cardal") en 1823 donde se construyó, quizás la primera del país, una cancha sobre la hoy Avenida 18 de Julio y Vázquez.